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¿Qué es un golpe de calor?

Qué es un golpe de calor

El golpe de calor puede llegar a ser un problema de salud que se produce por el exceso de calor (“energía térmica”) en el organismo. Nuestro cuerpo tiene mecanismos para bajar su temperatura, pero si se ven sobrepasados comienza el daño por exceso de calor. Te contamos qué es este problema de salud, cuáles son los síntomas de un golpe de calor y cómo evitarlo en este artículo.

 ¿Cómo sucede exactamente el golpe de calor?

El golpe de calor se asocia al aumento de la temperatura corporal. Hay dos tipos diferentes de golpe de calor:

  • Golpe de calor clásico. En general sucede a lo largo de 2-3 días, pero puede aparecer más rápidamente. Suele pasarle a la gente mayor y a los niños. Pasa cuando vivimos una vida normal bajo temperaturas altas (particularmente durante las “olas de calor”) y bebemos menos líquido del que sería necesario para el organismo. Son los típicos golpes que sufren las personas que pasan un verano sin aire acondicionado en casa o los niños que se quedan encerrados en un coche con las ventanas cerradas.
  • Golpe de calor por esfuerzo. Sucede en el correr de horas, en personas sanas, debido a un ejercicio físico intenso en condiciones en las que no se puede disipar calor correctamente (falta de ventilación, ejercicio al mediodía en verano, etc.)

El calor daña nuestras células y tejidos: las proteínas pierden su forma y su capacidad de funcionar, nuestras moléculas complejas se desestabilizan y nuestros tejidos pierden su estructura. El sudor o la activación de las proteínas reparadoras llamadas “proteínas de shock térmico” son procesos diseñados para evitar el daño por calor, pero si el aumento de calor es excesivo, estos mecanismos se ven sobrepasados y el daño se hace patente. Problemas musculares, infartos, problemas de coagulación, fallo renal… incluso puede aparecer la muerte debido a un fallo multiorgánico.

¿Qué síntomas avisan de un golpe de calor?

 Algunos de estos síntomas pueden verse en personas que empiezan a padecer un golpe de calor:

  • Mareo
  • Aturdimiento
  • Falta de coordinación
  • Fatiga
  • Dolor de cabeza
  • Visión borrosa
  • Dolor muscular
  • Náuseas
  • Vómitos

Si el golpe de calor avanza y el daño por calor empeora, pueden aparecer:

  • Aumento de la temperatura corporal, pudiendo superar los 40ºC
  • Taquicardia
  • Cambios en la tensión arterial (más alta o baja de lo habitual)
  • Debilidad
  • Somnolencia
  • Oliguria (descenso en la producción de orina)
  • Convulsiones u otras alteraciones cerebrales (confusión, delirio, coma)

Si se sospecha que una persona está sufriendo un golpe de calor es importante llamar a emergencias y ayudarla a enfriarse. Baños de inmersión en agua fría o incluso ducha de agua tibia para secarla posteriormente frente a un ventilador pueden ser buenas medidas hasta que lleguen los médicos. No debe utilizarse medicación para bajar la fiebre como paracetamol o ibuprofeno, ya que no funcionan cuando la temperatura corporal aumenta por el golpe de calor.  ¿Por qué? Porque la fiebre es una orden del hipotálamo que se inicia cuando hay pirógenos, es decir, moléculas que estimulan un aumento de la temperatura como parte de nuestra defensa frente a infecciones. En cambio, el aumento de temperatura corporal en un golpe de calor es por exponerse al calor y hay otras señalizaciones químicas involucradas, de ahí que la medicación no funcione.

¿Cómo evitar golpes de calor?

Hay una serie de medidas que ayudan a evitar los golpes de calor:

  • Evitar el ejercicio físico intenso en condiciones de calor y humedad altas.
  • Evitar salir a la calle en las horas de más calor.
  • Facilitar la ventilación del hogar.
  • Beber líquido abundante durante el día.
  • Buscar la sombra y refrescar el cuerpo en cuanto aparezcan las primeras molestias causadas por el calor.

Particular atención a estas medidas deben tomar las personas mayores, los padres de niños pequeños y las personas que toman medicamentos que pueden facilitar la aparición del daño por calor. Entre estos medicamentos encontramos:

  • Diuréticos, particularmente torasemida y furosemida.
  • Antiinflamatorios.
  • Medicamentos que alteran la función renal como los IECA (enalapril, captopril, quinapril), ARA-II (losartan, candesartan, irbesartan y otros -sartanes), antivirales, algunos antidiabéticos y otros nefrotóxicos.
  • Medicamentos que dificultan la disipación del calor corporal como ciertos antidepresivos, algunos antipsicóticos, antimigrañosos o los antihistamínicos.

¡Pero no son los únicos! La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha emitido varios informes relacionando los medicamentos y las olas de calor que se encuentran disponibles en su página web. También puedes consultar en tu farmacia de confianza: allí sabrán indicarte si tus medicamentos pueden aumentar el riesgo de sufrir un golpe de calor y qué medidas puedes tomar para mantenerte bien hidratado durante el verano.

Artículo redactado por:
Lorena Crosa
Lorena Crosa

Lorena Crosa es licenciada en Química y Farmacia en la Universidad de la República (2000 – 2004). Se ha formado como profesora técnica de Química en el Instituto Normal de Educación Técnica (2004-2005). Cuenta con estudios de postgrado en Ciencias en la Universidad Camilo José Cela (2009) y posteriormente ha realizado un segundo grado de carrera de Farmacia en la Universidad de Barcelona (2010 – 2013).

Su experiencia laboral se ha centrado en el campo de la ciencia, dentro de hospitales como científica de laboratorios clínicos (2005 – 2007), así como docente de educación química en distintas universidades como el CEPRODIH y la Universidad de la República.

Tras licenciarse en su segunda carrera de Farmacia, centró su experiencia en las oficinas de farmacia, además de trabajar como consultora técnica en empresas de la industria farmacéutica.

En Farmacias Ecoceutics, Lorena Crosa ha sido un miembro activo y de gran valor desde 2018 hasta la actualidad, siendo la responsable de contenidos de la empresa haciendo uso de su expertise.