El sistema inmunitario, inmunológico o inmune es el conjunto de órganos, células y procesos que se encargan de proteger a nuestro organismo de ataques exteriores, manteniendo un equilibrio que nos permite seguir funcionando correctamente. Hemos hablado largo y tendido del funcionamiento del sistema inmune y cómo mantenerlo fuerte en otros artículos. En este artículo nos centraremos en la relación que tiene el sistema inmune con los productos de origen vegetal: ¿qué plantas medicinales sirven para estimular al sistema inmune? ¿Qué evidencia hay realmente detrás de cada uso? ¿hay personas que no pueden utilizar estas plantas medicinales? Veamos….
¿Cómo interactúan las plantas con el sistema inmune?
El reino vegetal es una excelente fuente de productos farmacológicamente activos. Ya sea por los años de uso tradicional continuado o por la investigación reciente que ha destacado la actividad de un extracto, hoy contamos con varios productos de origen natural que pueden reforzar el sistema inmunológico. Sus mecanismos de acción son variados:
- Aumentan el número de células de defensa que produce el cuerpo. El cambio es tal que pueden verse recuentos más elevados de linfocitos, neutrófilos o macrófagos en las analíticas de sangre.
- Estimulan la actividad celular (mismas células, pero más activas).
- Regulan la actividad del sistema inmune aumentando o disminuyendo la secreción de moléculas reguladoras como las citoquinas o los interferones. Esos cambios en la “comunicación” de las células genera cambios en la actividad, aumentando o disminuyendo inflamación, actividad sobre células dañadas, etc.
No hay una única forma de interactuar con el sistema inmune, de ahí la importancia de la investigación moderna para optimizar el uso de las plantas medicinales.
¿Qué plantas benefician al sistema inmune?
Algunas especies vegetales conocidas por su interacción con el sistema inmune son:
- Equinácea (Echinacea purpurea). Uno de los inmunoestimulantes de origen natural más populares. Aumenta el número de leucocitos y activa a las células de la inmunidad innata (neutrófilos, macrófagos, células NK…). También estimula células formadoras de tejido conectivo y tiene una cierta actividad antiinflamatoria. Ha demostrado acortar la duración de resfriados, gripe e irritación de las vías respiratorias.
- Pelargonio (Pelargonium sidoides). El extracto de raíz de pelargonio es capaz de activar macrófagos. También aumenta la secreción de moléculas llamadas interferones, fundamentales en la coordinación de la respuesta celular inmune. Sumando su actividad antiviral, particularmente útil contra virus respiratorios, no es de sorprender que se utilice para facilitar la recuperación de los pacientes que sufren resfriados.
- Muérdago (Viscum album). El muérdago tiene actividad citotóxica (estimula la muerte de ciertos tipos de células) e inmunomoduladora, con lo que es de gran interés en la investigación oncológica.
- Champiñón ostra (Pleurotus ostreatus). Es un hongo comestible. Tiene efectos inmunoestimulantes (tras su uso aumenta el número de ciertos linfocitos T y de células NK) y también actúa como prebiótico (es “alimento” para la flora intestinal). La investigación alrededor de este champiñón ha tocado temas tan variados como la terapia oncológica o la recuperación tras el deporte intenso.
- Reishi (Ganoderma lucidum). Un hongo rico en moléculas orgánicas, se utiliza para aumentar las defensas (favorece la proliferación y actividad de linfocitos B y T). También promete en la investigación oncológica, ya que la modulación del sistema inmune podría favorecer la resolución de tumores.
- Ginseng (Panax ginseng). Aunque es más conocido como energizante, también se ha visto que tiene cierta actividad sobre el sistema inmune. Su uso continuado aumenta el número de células NK, de linfocitos T, e intensifica los procesos de fagocitosis y de la producción de citocinas, estimulando al sistema inmune para protegernos mejor de las infecciones en general.
- Eleuterococo (Eleutherococcus senticosus). La raíz de eleuterococo o ginseng siberiano es muy conocida como energizante. Se utiliza tradicionalmente para combatir la fatiga, pero, además, varios estudios han evidenciado su influencia sobre el sistema inmune. Los extractos de eleuterococo han demostrado modular in vitro la actividad de linfocitos y de ciertas citoquinas, pero no hay aún evidencia de beneficios tan claros como otras plantas medicinales mejor conocidas.
Hemos listado algunas de las plantas más comercializadas en nuestro medio, pero hay más. La investigación de los extractos vegetales y su actividad sobre el sistema inmune continúa, con lo que es de esperar que los próximos años nos traigan más y mejores productos para mejorar nuestras defensas. Mientras tanto, si quieres reforzar tu sistema inmune puedes hablar con tu farmacéutico de confianza, que sabrá recomendarte productos útiles para tu caso.
¿Quién puede utilizar plantas medicinales para reforzar el sistema inmune?
Las plantas y los extractos que están autorizados para venderse al público se consideran seguros por las autoridades sanitarias. Las plantas medicinales cuentan con monografías de autoridades como la Organización Mundial de la Salud o la Agencia Europea del Medicamento en las que se reúnen los usos conocidos, las dosis consideradas seguras y útiles, y los efectos adversos o contraindicaciones que puedan presentar. Cuando una planta puede ser peligrosa, como en el caso de la dedalera (Digitalis purpurea), se prohíbe su venta directa al público.
Pero ¿por qué mencionamos efectos adversos o contraindicaciones si una planta es considerada segura? Porque, aunque una preparación (cápsulas, gotas o infusiones) sea de origen natural, no significa que no pueda producir efectos adversos. Cada planta es diferente, pero por mencionar algunos ejemplos:
- No se recomienda utilizar una planta medicinal si la persona es alérgica a otras plantas de la misma familia.
- En algunos casos de enfermedades autoinmunes el aumento de la actividad del sistema inmunitario puede ser perjudicial, en vez de beneficioso.
- En mujeres embarazadas solo se acepta el uso de plantas con un historial de uso muy conocido.
- La edad influye. Por ejemplo, según las monografías de la Agencia Europea del Medicamento, es preferible utilizar el pelargonio antes que la equinácea en niños menores de 12 años, ya que disponemos de más información del pelargonio que de la equinácea en este grupo de edad.
- La actividad en los otros sistemas del organismo también influye. Por ejemplo, el reishi puede producir una descompensación de la glucosa en sangre, con lo que los diabéticos deben vigilar estrechamente su medicación y su glicemia cuando comienzan un tratamiento con reishi.
Puedes contar con tu farmacia de confianza a la hora de seleccionar un producto de utilidad para tus defensas. Allí sabrán indicarte qué planta se ajusta mejor a tus necesidades, qué precauciones debes tomar y, si hace falta, sabrán cuándo hay que derivarte al médico para que te diagnostique o para evitar problemas con tus tratamientos usuales.
Lorena Crosa es licenciada en Química y Farmacia en la Universidad de la República (2000 – 2004). Se ha formado como profesora técnica de Química en el Instituto Normal de Educación Técnica (2004-2005). Cuenta con estudios de postgrado en Ciencias en la Universidad Camilo José Cela (2009) y posteriormente ha realizado un segundo grado de carrera de Farmacia en la Universidad de Barcelona (2010 – 2013).
Su experiencia laboral se ha centrado en el campo de la ciencia, dentro de hospitales como científica de laboratorios clínicos (2005 – 2007), así como docente de educación química en distintas universidades como el CEPRODIH y la Universidad de la República.
Tras licenciarse en su segunda carrera de Farmacia, centró su experiencia en las oficinas de farmacia, además de trabajar como consultora técnica en empresas de la industria farmacéutica.
En Farmacias Ecoceutics, Lorena Crosa ha sido un miembro activo y de gran valor desde 2018 hasta la actualidad, siendo la responsable de contenidos de la empresa haciendo uso de su expertise.